Hoy, 19 de abril, es el Día del Aborigen porque en 1940 se realizó en la ciudad de Patzquaro, México, el primer Congreso Indigenista Interamericano, que fue convocado por el entonces presidente de ese país, Lázaro Cárdenas, quien tenía sangre indígena.
Aquella fue la primera vez que se reunieron los representantes de casi todas las culturas aborígenes de nuestra America para debatir y buscar caminos a seguir mancomunadamente. Es que los pueblos originarios nunca fueron respetados como se merecen y esa era una de las mayores preocupaciones que los citó. En aquel momento se creó el Instituto Indigenista Interamericano, cuya sede se encuentra en aquella nación azteca y depende de la Organización de Estados Americanos (OEA). Vale la pena recordar que dentro de los objetivos que tiene esa organización no gubernamental se encuentran algunos como: Afianzar la paz y seguridad continental, consolidar las democracias y solucionar los problemas que puedan tener los estados miembros por vías diplomáticas.
El Día del Aborigen tiene como fin resaltar los valores de las diversas culturas, dentro de las sociedades occidentales, ya que muchos países latinos están conformados por una gran población indígena. Tal es el caso de Guatemala con un 80 por ciento, Ecuador con un 70 y Perú con un 60.
En nuestro país este día se comenzó a celebrar a partir del año 1945, mediante el decreto 7550 firmado por el presidente de facto, Edelmiro Farrell. Pero es sabido que los sucesivos gobiernos no le dieron mayor importancia a los derechos de nuestros pueblos naturales. Recién en 1994 con la reforma constitucional se le atribuyeron,entre otras,algunas responsabilidades respecto a ese tema, al Congreso Nacional. En el artículo 75 podemos leer que se reconoce la existencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, que se garantiza el respeto a su identidad y el derecho a la educación bilingüe y también que se reconoce la personería jurídica a cada poblado originario. Pero todavía falta mucho para que podamos sentirnos orgullosos de eso, porque el hecho de que figuren en la constitución, no significa nada hasta tanto no se respeten sus derechos verdaderamente.
Dentro de America del sur, Bolivia es el país que más respeta a su sangre. Con la llegada del Aymara Evo Morales a la presidencia de la nación, llegaron los reconocimientos para esos pueblos. Desde 2006 impulsó la reforma de la Carta Magna que se aprobó en 2007. Esta incluye artículos que rezan: Que el Estado reconoce que está conformado por pueblos indígenas y comunidades interculturales, respeta y garantiza la libertad de religión, así como también que la autonomía indígena consiste en el autogobierno como ejercicio de la libre determinación de las diversas culturas.
A diferencia de nosotros, los bolivianos pueden sentir orgullo por esa constitución, porque tienen un gobierno cuya mayor preocupación es el bienestar de sus tribus originarias y hacer cumplir ese texto.
Por Guillermo Lezcano.
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